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Comitè de Suport al MST de Barcelona

Agrocombustibles como obstáculo a la construcción de la soberanía

Agrocombustibles como obstáculo a la construcción de la soberanía Año VI - nº 156
miércoles, 19 de noviembre de 2008

Los agro combustibles, como el etanol, forman parte de un modelo agrícola que no produce alimentos y, al contrario de lo que afirma el gobierno, aumenta los impactos ambientales, a través de la deforestación y de la quema de caña de azúcar, además de generar otras consecuencias sociales, como el uso de trabajo esclavo en los cultivos.

Las tierras dedicadas a esa producción, que se podrían destinar a la reforma agraria y a la producción de alimentos, han sido compradas por grandes grupos extranjeros y empresas del agro negocio, que reciben un voluminoso apoyo del Gobierno Federal, a través de créditos y exenciones fiscales.

Lea a continuación la carta final del “Seminario Internacional de Agro combustibles como obstáculo a la construcción de la Soberanía Alimentaria y Energética”, que manifiesta la posición de los movimientos sociales y organizaciones populares de 14 países sobre el tema, y que se entregó en el día de hoy durante la conferencia gubernamental de agro energía.

Seminario Internacional de Agro combustibles como obstáculo a la construcción de la Soberanía Alimentaria y Energética

São Paulo, 17 a 19 de Noviembre de 2008

Organizaciones y movimientos sociales de Brasil, Argentina, Colombia, Costa Rica, Bolivia, El Salvador, Méjico, Ecuador, Paraguay, Tailandia, Holanda, Suecia, Alemania y Estados Unidos, reunidos en São Paulo del 17 a 19 de Noviembre del 2008.

Estamos en total desacuerdo con el modelo y la estrategia de promoción de los agro combustibles; entendemos que éstos no son vectores de desarrollo ni de sostenibilidad. Esta estrategia representa un obstáculo al cambio estructural necesario en los sistemas de producción y consumo, de agricultura y de matriz energética, que responda de manera efectiva a los desafíos del cambio climático.

Afirmamos que:
El modelo de agricultura industrial, donde están inseridos los agro combustibles, es intrínsicamente insostenible, ya que sólo se viabiliza a través de la expansión del monocultivo, de la concentración de tierras, del uso intensivo de agro químicos, de la sobre explotación de los bienes naturales comunes como la biodiversidad, el agua y el suelo. Los agro combustibles representan una grave amenaza a la producción de alimentos. Independientemente de los cultivos utilizados para la producción de energía, combustibles o no, se trata de competir por tierra cultivable y por agua.

La producción a escala industrial de agro combustibles, al expandir la frontera agrícola, se suma a la expansión del conjunto del agro negocio “cuyos impactos dinámicos y efectos acumulativos son la principal causa de deforestación y destrucción de ecosistemas en todo el mundo, y en Brasil es responsable de la destrucción de la región amazónica, del Cerrado y otros.

En Brasil, el sector del azúcar y el alcohol, no se sustenta sin el financiamiento público: la promoción de los programas gubernamentales de agro combustibles históricamente se ha caracterizado por incentivos y subsidios gubernamentales directos (como financiamientos públicos del BNDES, en gran parte originarios del FAT) e indirectos (como la no penalización de las evasiones fiscales y el perdón de deudas).

El sector del azúcar y el alcohol cuenta con la connivencia del gobierno en cuanto al cumplimiento de las legislaciones laboristas y ambientales: Entre los impactos de la producción de etanol en Brasil destacamos la sobre explotación y las condiciones degradantes de trabajo y la utilización de mano de obra esclava; la contaminación del suelo, del aire y del agua y la reducción de la biodiversidad; el encarecimiento de las tierras y la concentración del latifundio, que fragilizan aún más los programas de reforma agraria y promueven, de forma concomitante, un proceso brutal de invasión de territorios de poblaciones tradicionales y pueblos indígenas y de la expropiación de las tierras de pequeños y medios agricultores, y la amenaza de la producción de los alimentos que se consumen en el país. La extranjerización de la tierra, sea a través de la compra o contratos de arrendamiento, para la producción de agro energía, también es un factor reciente y extremadamente preocupante, pues hipoteca las áreas disponibles de tierras cultivables y las condiciones estructurales de producción de alimentos.

Denunciamos que la estrategia de difusión internacional del modelo agroenergético del gobierno brasileño a través de la acción de sus ministerios, en especial Itamaraty, y las instituciones financieras y de investigación, como el BNDES y el Embrapa, reproducirá los impactos y problemas del sector en los países de África, América Latina y el Caribe.

Cuestionamos la estrategia de expansión de los agro combustibles a través del mercado global: nos oponemos radicalmente al acuerdo de difusión tecnológica Brasil/EUA, que busca la estandarización y comoditización del etanol. Nos oponemos a las metas de substituciones de combustibles en la Unión Europea y los EUA que ampliarán la demanda de tierras para la producción de agro combustibles en los países del Sur.

Alertamos que ni el marcar zonas, ni los criterios ambientales y sociales convertirán en sostenible el modelo del agro negocio exportador: las propuestas de certificaciones socio ambientales de los agro combustibles, según diversas experiencias (como FSC, RTSPO, RTSB), no minimizan, pero escamotean los impactos, sirviendo mayoritariamente como un instrumento de legitimación del comercio internacional. Marcar una zona agro ecológica de cultivo de caña como ha propuesto el gobierno brasileño, así como la difusión de conceptos como el de tierras ociosas, degradadas o marginales, legitima la expropiación de los territorios para la expansión de los monocultivos y esconde los conflictos sociales.

Reafirmamos nuestra lucha de más de una década contra los transgénicos: el avance de los agro combustibles, del etanol de segunda generación y de la producción de bioplásticos incluye un componente estructural de biotecnología, transgenia y biología sintética, factores que representan un nuevo frente de amenaza a la biodiversidad.

El actual modelo de producción y consumo, promovido por los países del Norte es insostenible y pone en riesgo la vida del planeta. Frente a la crisis estructural del sistema capitalista, que engloba la cuestión energética, ambiental, alimentaria, financiera y de valores es necesario repensar el modelo de sociedad y de civilización.

Defendemos como propuesta alternativa la soberanía energética, que no se podrá alcanzar en detrimento de la soberanía alimentaria:

La soberanía energética y alimentaria es el derecho de los pueblos de planear, producir y controlar la energía y los alimentos en sus territorios para atender a sus necesidades:

- Requiere una nueva organización del modo de vida en sociedad y de las relaciones entre el campo y la ciudad.

- Presupone un sistema alimentario calcado de la reforma agraria en sus bases ecológicas adaptada a las particularidades de cada bioma, como una real alternativa a los problemas de esclavitud en el campo, de la sobre explotación de los trabajadores rurales y de la concentración y acceso a la tierra; el fortalecimiento del campesinado y de las economías locales; la valorización de los hábitos alimentarios y culturales, la disminución de las distancias entre la producción y el consumo y relaciones solidarias de comercio.

Este sistema es también menos dependiente, más eficiente, puede ser autosuficiente energéticamente. Es más apropiado y resistente y es una solución real para la crisis climática, provocada por el modelo agro industrial petrodependiente que es reproducido en la estrategia de los agro combustibles, a la que nos oponemos.

La soberanía energética presupone un modelo de producción y consumo de energía y de transporte basado en la racionalidad y economía a través del cambio en los actuales patrones de consumo, en la disminución de flujos planetarios de bienes y energía del sistema económico globalizado, y en modelos de movilidad que prioricen el transporte colectivo, público y de calidad en detrimento de los automóviles individuales. Presupones la substitución de combustibles fósiles por fuentes renovables de energía producida de forma descentralizada y para atender las demandas locales, así como un apoyo de asistencia técnica y desarrollo de investigaciones que reviertan en interés de los pueblos.

El precio de la energía se debe basar en el coste de la producción real y no la especulación financiera. Tampoco puede estar bajo el control de grandes grupos económicos.

La soberanía alimentaria y energética está calcada de los principios de la democracia y la descentralización, con participación popular en el planeamiento y en la toma de decisiones y gestión de la producción de alimentos y energía, incluyendo el control sobre los fondos públicos, y de la solidaridad entre los pueblos, considerando las diferentes potencialidades, necesidades y soluciones apropiadas en cada país o región.

La energía y los alimentos son derechos de los pueblos, nos son dados por la tierra, por el agua y por la diversidad de la naturaleza, no pueden ser tratados como mercancías.

Movimientos y entidades brasileñas organizadoras:
Vía Campesina Brasil – MMC, CPT, MPA, MAB, FEAB, CIMI, PJR, MST
ABRA – Asociación Brasileña de Reforma Agraria
Amigos de la Tierra Brasil
ANA – Articulación Nacional de Agro ecología
Asamblea Popular
CESE - Coordinadora Ecuménica de Servicios
CONTAG - Confederación Nacional de los Trabajadores en la Agricultura
CTB – Central de los Trabajadores y Trabajadoras de Brasil
CUT – Central Única de los Trabajadores
FASE
FBOMS – Forum Brasilero de ONGs y Movimientos Sociales para el Medio Ambiente y
el Desarrollo
FERAESP – Federación de los Empleados Rurales Asalariados del Estado de São Paulo
Forum Carajás
FETRAF - Federación de los Trabajadores en la Agricultura Familiar
Instituto EQUIT
Intersindical
Jubileo Sur Brasil
Marcha Mundial de las Mujeres
Plataforma BNDES
REAPI – Red Ambiental de Piauí
RBJA - Red Brasileña de Justicia Ambiental
REBRIP – Red Brasileña por la Integración de los Pueblos
Red Alerta contra el Desierto Verde
Red Economía y Feminismo
Rede Social de Justicia y Derechos Humanos
Red Educación Ciudadana
Repórter Brasil
SPM - Servicio Pastoral de los Emigrantes
Tierra de Derechos

Internacionales:
ActionAid
African Center for Biosafety, South África
Aliança Social Continental
ATALC – Amigos da Terra América Latina e Caribe
CEO – Observatório Europeu de Corporações
CIECA - República Dominicana
Cone Sul Sustentável
FIAN - FoodFirst Information & Action Network
FOCO - Foro Ciudadano de Participación por la Justicia y los Derechos
Humanos - Argentina
Food and Water Watch
Fundação Heinrich Boell
Global Forest Coalition
Global Justice Ecology Project, USA
Grito Dos Excluidos/As Continental
IFG – International Forum on Globalization
Misereor
Oilwatch
OWINFS – Rede Nosso Mundo Não Está à Venda
Oxfam
RALLT – Red por una América Latina Libre de Transgénicos
Rede Internacional de Gênero e Comércio
The Oakland Institute, USA
WRM – Movimento Mundial pelos Bosques Tropicais

MST Informa es una publicación quincenal del Movimento dos Trabalhadores Rurais Sem Terra, enviada por correo electrónico. Traducción al español del Comitè de Suport al MST de Barcelona.

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