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Comitè de Suport al MST de Barcelona

¡EL CHE VIVE!

Año V - nº 143
martes, 09 de octubre de 2007

Estimado amigo y amiga del MST,

Hoy se cumplen 40 años de la muerte del revolucionario Ernesto Che Guevara. En varios países del mundo, y especialmente de América Latina, militantes de la izquierda y movimientos sociales realizan homenajes al hombre que se transformó en uno de los mayores símbolos de la lucha por las libertades de los pueblos latinoamericanos, caribeños y africanos.

Ciertamente la burguesía y el imperialismo no dejarían pasar esta fecha inadvertidamente. Para estas fuerzas conservadoras, el frío asesinato que promovieron en La Higuera (Bolivia), en 1967, no fue suficiente para aplacar el odio de clase que sentían hacia el líder revolucionario. Además de asesinar el cuerpo, es necesario también asesinar la historia. Fue la revista Veja (del grupo Abril), una vez más, la portavoz de las fuerzas reaccionarias y la encargada de practicar un periodismo sin ningún compromiso con los hechos.

Para los trabajadores y trabajadoras, el mes de octubre es un momento para rescatar la historia, las enseñanzas y el ejemplo de Ernesto Che Guevara. ¿Por qué recordar al Che? Porque él dedicó su vida a la causa del pueblo. Nos dejó un legado de solidaridad incondicional con todos los oprimidos y de compromiso con las luchas por la liberación de los pueblos.

Fidel, al referirse al Che, dijo: “nos dejó su pensamiento revolucionario, nos dejó sus virtudes revolucionarias, nos dejó su carácter, su bondad, su tenacidad, su espíritu de trabajo. El hombre que debe ser modelo para nuestro pueblo”. Decididamente, la contribución del Che, por sus ideas y ejemplo, no se resume en tesis de estrategias militares o de toma del poder político. Ni debemos verlo como un superhombre, dotado de poderes sobrenaturales e infalibles. Ni tampoco exorcizarlo, reduciéndolo a un mito.

Dando una ojeada a su obra hablada, escrita y vivida, podemos identificar en toda la trayectoria un profundo humanismo. El ser humano era el centro de todas sus preocupaciones. La admiración y el respeto se deben dirigir a su vida, su capacidad dialéctica de constante aprendizaje, su persistencia por luchar contra cualquier forma de injusticia, su capacidad dirigente y su humildad. Él mismo nunca permitió que lo transformasen en un mito.


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El Che es para nosotros un ejemplo de superación de los propios límites y de un profundo amor a la humanidad.

”Permítanme decirles, con el riesgo de parecer ridículo, que el revolucionario se mueve por grandes sentimientos de amor( …) todos los días es necesario luchar para que ese amor a la humanidad viva y se transforme en hechos concretos, en actos que sirvan de ejemplo de movilización” (Che Guevara)
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La indignación contra cualquier injusticia social y su revuelta hacia las políticas imperialistas, implementadas en cualquier parte del mundo, era lo que más lo motivaba a luchar. Él decía “…cada vez que un país se desprende del árbol imperialista, gana no sólo una batalla parcial contra el enemigo fundamental, sino que también contribuye a enflaquecerlo realmente y dá un paso para la victoria definitiva”.

Su persistencia, sin medir esfuerzos fueran cuales fuesen las circunstancias, se mide por su trabajo, sus luchas y sobretodo, por su ejemplo práctico. Siendo ministro de Estado, dirigente de la Revolución Cubana, realizaba trabajo solidario en la construcción de viviendas populares, hospitales, escuelas y cortaba caña de azúcar. “En el futuro, todos tendremos que cumplir nuestros deberes revolucionarios y renunciar temporalmente a ciertos privilegios y derechos en beneficio de la colectividad”.

Defendía, con su elaboración teórica y con su práctica, el principio de que los problemas del pueblo solamente se resuelven si todo el pueblo participa activamente en la búsqueda y la implementación de soluciones a sus propios problemas. Creía en el poder y la necesidad del pueblo de ser protagonista de su propia historia. Para él, una revolución social se caracteriza, fundamentalmente, por el hecho de que el pueblo asuma su propio destino, participe de todas las decisiones políticas de la sociedad.

Siempre defendió la integración completa de los dirigentes políticos con la población. Combatía, de esta forma, los populismos demagógicos. Y de esta manera mezclaba la fuerza de las masas organizadas con el papel de los dirigentes, de los militantes practicando aquello que Gramsci ya había caracterizado como la función del intelectual orgánico colectivo.

Tuvo una vida simple y sencilla. Nunca se apegó a bienes materiales. Denunciaba el fetichismo del consumismo, defendía con ardor la necesidad de elevar permanentemente el nivel de conocimiento y de la cultura de todo el pueblo. Por eso, Cuba fue el primer país en eliminar el analfabetismo y, en relación a América Latina, a alcanzar el mayor índice de educación superior.

El conocimiento y la cultura eran para él los principales valores y bienes a ser cultivados. “El día que dejemos de aprender, que creamos que lo sabemos todo o que hayamos perdido nuestra capacidad de intercambio con los pueblos, será el día que habremos dejado de ser revolucionarios”, afirmaba él. Y añadía: “la sociedad en su conjunto debe convertirse en una gigantesca escuela”.

Para nosotros, el conocimiento y la experiencia dejados por Che Guevara son un material para aprender todos los días, en nuestras actividades cotidianas, en nuestra formación, en nuestro empeño por la educación, en nuestro enfrentamiento con el imperialismo y con la burguesía brasileña, que abandonó la idea de construir una Nación en nuestro país. Hace más de 500 años, la elite de nuestro país se preocupa únicamente en reforzar la política de ser subalternos de los intereses del mercado internacional y de facilitar la explotación de nuestras riquezas naturales y de nuestro pueblo. Más que nunca, las ideas y los ideales de Ernesto Che Guevara están presentes, junto a la clase trabajadora brasileña.

En el mes de octubre, el rescate de las enseñanzas del Che se transforma en homenaje. Pero también en acciones prácticas que se expanden por todo el país a través de la Jornada de Solidaridad y Trabajo Voluntario. En su memoria vamos a estudiar, practicar acciones solidarias y celebrarlo en todas las áreas de Reforma Agraria, acampamentos y asentamientos.

Sabemos que es necesario seguir por el camino que iniciaron sus pasos, buscando cada día ser mejores en la práctica militante, en los estudios y en la convivencia con los otros. Creer en el Che, recordar el Che hoy en día es, por encima de todo, cultivar esos valores de la práctica revolucionaria que él nos dejó como legado. La burguesía quería matar al Che. Se llevó su cuerpo, pero inmortalizó su ejemplo.

¡El Che vive! ¡Viva el Che!

Dirección Nacional del MST

“Tenemos un camino difícil a recorrer. Nuestra fuerza reside en la unidad de los obreros y campesinos, de todas las clases necesitadas, que deben marchar hacia el futuro”.Ernesto Che Guevara



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